miércoles, 29 de abril de 2015

CRÍTICA: Santiago de Cuba


Antiguamente, en las casas se tenían juegos como la oca, o el parchís, ¿Por qué ocurría esto?, pues es muy sencillo de entender, eran juegos dinámicos, entretenidos, y que no requerían de ningún aprendizaje además de que carecían de forma alguna de lo que hoy conocemos como curva de dificultad por parte de los jugadores. Bien cuando jugamos por primera vez a este juego nos planteamos como de cerca estaba el aprendizaje del mismo a los juegos de mesa más clásicos que conocemos, como pudieran ser Colonos de Catán, o Carcassone, y nos dimos cuenta de que en realidad puede que sea hasta más sencillo, y lo peor de todo es que nos pareció hasta más ameno.


Una de las grandes virtudes de Santiago de Cuba, es lo que hemos comentado antes, es un juego muy agradecido de sacar en cualquier momento, no requiere excesiva atención a la hora de jugar y ninguna experiencia previa en esto de los tableros. Quizás su único fallo para convertirse en un clásico sea que si que existe una curva de dificultad con jugadores más veteranos, que podrán dar una paliza a los más novicios en el juego. Aún así no malinterpretéis esta crítica, aunque lo estemos asemejando a los clásicos, nos parece eso mismo, un juego parecido a un clásico, no te aportará otra cosa que entretenimiento, la única tensión del juego es la que te da el poder alcanzar la victoria, es un juego relajado, con una ambientación igualmente relajada y sin grandes atractivos más allá del juego en si.


Pero lo que mejor nos pareció cuando lo probamos fue su precio, 19,95€ es un precio bastante ajustado para un juego de estas características, precisamente porque no se convierte en un gran gasto si sois de esos coleccionistas que os gusta tener variedad. Llama mucho la atención por eso mismo, porque si no estas seguro de que te vaya a gustar, el precio seguramente te ayudará a decidirte.

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